Filosofía y Teología

Filosofía y Teología

Si hacemos un recorrido a lo largo de la historia de la filosofía, vemos la inclusión necesaria del tema de Dios en la reflexión de los distintos pensadores.

Es importante hacer notar que el comienzo de la filosofía se produce en Grecia; unos siglos antes de la época cristiana. Y la relación del hombre con un ser supremo estaba marcado en las distintas comunidades de esos años. Mientras que el pueblo hebreo creía en un Dios único, Todopoderoso y todas las implicancias que esto conlleva; el resto de los pueblos eran politeístas y a cada fenómeno natural atribuían a un dios distinto.

En Grecia eran dioses antropomorfos; incluso habían epopeyas relatadas de héroes humanos que vencían a los dioses en confrontaciones; por tener en cuenta los relatos de Homero y Hesíodo; y esta ventana abierta en la que los dioses no son todopoderoso; más la situación social y socioeconómica (convengamos que Atenas por ejemplo era una ciudad donde sus ciudadanos tenían esclavos a su servicio y tenían mucho tiempo ocioso); dio pie a buscar respuestas racionales a cuestiones que siempre fueron atribuido de manera mítica.

Con el advenimiento del cristianismo; de la mano de algunos pensadores judíos; como Filón de Alejandría (40 a de C. – 40 d de C.) por ejemplo; comienzan a dar fundamentos racionales a la existencia y caracteres de un Dios todopoderoso y único.

La Teología (Estudio o teoría, tratado de Dios) comenzó a sistematizarse progresivamente; pero en la Edad Media; con Santo Tomás de Aquino alcanza el culmen de la relación de la filosofía con la Teología. En a la Escolástica, Sto. Tomás construye sus dos máximas obras, la suma philosóphica y la suma theológica. Utilizando las enseñanzas Aristotélicas; corrigió algunos conceptos de los neoplatónicos; tratando de corregir el dualismo en el que había caído la teología de entonces.

El dualismo y el hilemorfismo

A una explicación platónica de alma virtuosa encerrada en un cuerpo débil devenido a los avatares de las tentaciones, el Aquinate como se lo conoció explicó el alma y el cuerpo con la metafísica aristotélica, donde el cuerpo es la materia y el alma la informa, es decir la que le da forma. Aunque elimina la dualidad platónica y habla de una unión sustancial no se libra de estar viciada de dicotomía.

La relación de la filosofía y teología, vemos en que todas las cuestiones acerca de la fe del cristiano lo explican con elementos filosóficos, es decir que la teología es una explicación racional filosófica y positiva con fuerte tradición judeo-greco-romana, de Dios y toda la creación.

Filosofía y Teología en la actualidad.

Los teólogos católicos y los llamados protestantes, es decir de otros credos, pero dentro del cristianismo, siguen con las reflexiones filosóficas fundamentados en datos recogidos mediante la exégesis y la hermenéutica como herramientas necesarias para una ulterior reflexión y sistematización de los distintos dogmas de fe.

Secularismo en la relación de filosofía y teología

Si en la edad media a la filosofía se la consideraba como sierva de la teología, como disciplina al servicio de la misma. Hoy es imprescindible la filosofía en la reflexión teológica, pero ya no con el mismo estatus. Hoy se le reconoce su independencia en todo sentido, el hecho que sea necesaria es simplemente, para racionalizar y sistematizar los avances en los estudios exegéticos en el caso del estudio de los datos revelados, por ejemplo.

El movimiento secular hace prescindir de la teologìa en las esferas intelectuales que no sean cìrculos religiosos. La filosofìa asume su protagonismo sin acudir a la teología justamente por la secularidad de las ideologìas imperantes (tema para otro posteo).

Esta posiciòn tambièn tuvo su proceso, ya en la modernidad se discutiò la existencia de Dios por parte de pensadores ateos, en ese entonces se debatìa en cuanto a la posibilidad de asegurar o negar su existencia, Pero se hablaba de Dios, en la posmodernidad se cumple la frase nietzscheana: "Dios ha muerto, el hombre lo ha matado", el hombre no sólo lo sacó del corazón, sino tambièn de sus especulaciones.

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