8 sept 2018

Relación entre Conocimiento y Verdad


Relación entre conocimiento y verdad.

Para los griegos, la verdad (alétheia) consiste en mostrar aquello que está oculto tras las apariencias; la realidad auténtica de las cosas. Esta labor la encomendaban a los oráculos o adivinos; el más famoso de los cuales tenía su sede en la ciudad helena de Delfos.

Para los griegos, la verdad (alétheia) consiste en mostrar aquello que está oculto tras las apariencias; la realidad auténtica de las cosas. Esta labor la encomendaban a los oráculos o adivinos; el más famoso de los cuales tenía su sede en la ciudad helena de Delfos.

Todas las teorías del conocimiento se han planteado el problema de la verdad. Si tenemos en cuenta que, al conocer, el hombre interpreta los datos de la experiencia, se trata de investigar la posibilidad de un conocimiento que vaya más allá de las opiniones del sujeto que conoce, que no dependa de sus convicciones, sino que se atenga a lo que son las cosas.
La verdad tiene, así, como carácter distintivo la objetividad. Se refiere al acierto en el conocimiento y responde a la pregunta “¿qué conocemos sobre las cosas?”.

EL PROBLEMA DE LA VERDAD

A lo largo de la historia del pensamiento; encontramos enfoques bien distintos acerca de esta cuestión; sin que sea posible ofrecer una respuesta única y concluyente. Sí es cierto, sin embargo, que si la verdad empezó siendo considerada una propiedad de los seres (verdad metafísica u ontológica); hoy existe casi unanimidad en considerarla una propiedad del conocimiento, de aquello que afirmamos sobre los seres (verdad epistemológica).

La verdad ontológica

Para el pensamiento griego, la verdad (alétheia) era lo permanente de las cosas, es decir, lo que había debajo de las apariencias, que es lo que captan nuestros sentidos. La verdad sería alcanzable únicamente por la mente, por el pensamiento, mientras que los sentidos sólo captan la apariencia, es decir, lo variable de la realidad. De estas formas identificaban verdad y realidad aun cuando para llegar a ésta fuese necesario un proceso de “desvelamiento’, de ir más allá de lo captable por los sentidos, para conocer lo permanente, la auténtica realidad.
Este sentido del término es el que se aplica cuando afirmamos de alguien, por ejemplo, que es un amigo de verdad (es decir, no un amigo en apariencia, sino un amigo auténtico, real).
Los grados de conocimiento
En la actividad de conocer podemos distinguir diversos grados que van desde la simple duda hasta el auténtico saber; pasando por la opinión, a creencia o la certeza. La duda es la actitud mental que caracteriza el escepticismo; en la medida que cuestiona la posibilidad de lograr algún conocimiento verdadero. 
En lo relativo a la creencia; es una opinión con mucho arraigo que considera que una afirmación es verosímil o, por lo menos, probable. Existen dos tipos de creencias: las racionales; que se fundamentan en buenas razones, y las irracionales; que son meras opiniones sin fundamento racional alguno. 
Entre estas últimas, encontramos las supersticiones. 
Por otro lado, la certeza es una convicción profunda que ofrece una gran seguridad y elimina la menor duda. Esto no significa que la certeza sea lo mismo que el saber. Por ejemplo, en la época medieval se tenía la certeza de que la corriente sanguínea de los seres humanos era ilimitada; y, en cambio, hoy sabemos que esto no es cierto. Así pues, para poder hablar de saber; no es suficiente creer que un enunciado X sea verdadero; o de tener la certeza, sino que es necesario que X sea realmente verdadero. Por lo tanto, podemos concluir que sólo cuando estamos informados de proposiciones verdaderas; podemos afirmar que las sabemos.

La verdad epistemológica

Un nuevo sentido del concepto de verdad viene introducido por el vocablo latino veritas, que apunta más bien a la exactitud y el rigor en aquello que se afirma. Es verdadero aquel relato que es fiel y exacto. De este modo, la verdad se desplaza de los objetos a aquello que se dice de los objetos. Deja de constituir una propiedad del ser para convertirse en una propiedad de nuestro conocimiento de las cosas. De ahí que hablemos de verdad epistemológica. Este es el sentido que prevalece en la actualidad, y el que usamos cuando decimos, por ejemplo, “Juan ha dicho la verdad”.
Con todo, este concepto de verdad todavía implica una fuerte relación con el concepto de realidad. Es verdadero aquel enunciado que concuerde con la realidad de los hechos, y falso, el que no se corresponda con dicha realidad. Por ello, surge un tercer concepto de verdad, entendida como el acuerdo del pensamiento consigo mismo, esto es, como ausencia de contradicción. A esta verdad la denominamos verdad lógica.

LOS CRITERIOS DE VERDAD

Pero no basta con saber qué entendemos por verdad. Necesitamos saber cuándo un enunciado es verdadero o falso, y aquí, una vez más, no existe un criterio único, sino una pluralidad de teorías que hay que entender más como complementarias que como opuestas entre sí.
En primer lugar, atenderemos a una distinción fundamental para determinar cuándo una proposición es verdadera. Se trata del viejo problema de las verdades de razón y las verdades de hecho, que ya planteara LEIBNIZ en el siglo XVII, o, en términos actuales, el de las verdades formales y las verdades empíricas (Actividad 1).
Esta distinción nos abrirá el camino a las dos grandes teorías de la verdad; la de la correspondencia o adecuación; y la de la coherencia o no-contradicción. A éstas, debemos añadir otras formas de entender la verdad, como son la teoría pragmatista o utilitarista, la relativista o, la más reciente teoría de la verdad como consenso.

Verdad empírica y verdad formal

A partir de la época moderna, el problema del conocimiento se centra sobre todo en el conocimiento científico. Así, al hablar de la verdad se tiene en cuenta que hay dos tipos de proposiciones científicas: empíricas y formales y se distingue, por tanto, entre verdad empírica y verdad formal.
a) En las proposiciones empíricas la verdad depende de la correspondencia entre lo que se afirma en la proposición y la realidad, y sólo puede determinarse por contrastación con la experiencia; por ejemplo, la proposición “hoy llueve” será verdadera si podemos comprobar que llueve.
b) En las proposiciones formales la verdad depende de la coherencia* o no contradicción de la proposición con el resto de las proposiciones del sistema al que pertenezca. Por ejemplo “3+2=5” es una proposición aritmética que es verdadera porque no contradice las reglas de la suma.

La  verdad como correspondencia o adecuación 

En líneas generales se corresponde con el criterio expuesto anteriormente de verdad empírica.
Esta teoría, que ya fue expuesta por ARISTÓTELES y ha devenido clásica, tiene la virtud de coincidir con el sentido común. Sin embargo, cuando se profundiza un poco más se torna problemática. Situar la verdad en el acuerdo o adecuación entre el pensamiento y la realidad supone dos premisas cuando menos cuestionables:
a) Que existe una “realidad” objetiva e independiente del pensamiento.
b) Que el pensamiento puede acceder a esta realidad externa a él y concordar con ella.
La aceptación de ambos supuestos conduce al realismo. Su negación nos lleva al idealismo. Y, en cualquier caso, no está muy claro que la realidad sea “eso que percibimos por los sentidos “, por lo que si queremos mantener este criterio de verdad deberemos afinar al máximo nuestro concepto de realidad (Actividad 2 ).

La verdad como coherencia o no contradicción

Corresponde en términos generales al concepto de verdad formal, pero puede extenderse también al campo de las ciencias empíricas. La verdad se entiende como la coherencia de una proposición con el resto de enunciados del sistema al cual pertenece.
Esta teoría tiene la virtud de definir el concepto de verdad sin necesidad de hacer referencia a una realidad exterior. No necesitamos salir del pensamiento para determinar qué es lo verdadero o lo falso. Basta con que aquello que afirmemos no entre en contradicción con el resto de enunciados del sistema.
En las ciencias formales este es el criterio de verdad fundamental. Un enunciado es verdadero si es compatible con el conjunto, es decir, si se puede deducir de los axiomas y principios de dicho sistema. En caso contrario, es falso.
Por ejemplo, el enunciado, “la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos” es verdadero en la geometría euclidiana, porque se desprende de sus axiomas y principios, pero no lo es en las llamadas geometrías no euclidianas, cuyos axiomas son distintos.

La verdad como evidencia

Este criterio no excluye al anterior, sino que lo complementa. Es el criterio expuesto por DESCARTES; para quien sólo son verdaderas aquellas proposiciones que no contengan el más mínimo motivo de duda; es decir, que se presenten a nuestra mente de forma clara y distinta. Es el caso de los axiomas científicos —“Por dos puntos cualesquiera sólo puede pasar una recta”—; y de los principios lógicos —“No es posible que se den A y no-A a1 mismo tiempo”—; que sirven de fundamento a las ciencias formales axiomáticas.

La verdad como utilidad

Se trata de la formulación pragmatista de la verdad. La verdad coincide con lo útil; entendiendo por tal, aquello que se verifica en la práctica; es decir, aquello que conduce a resultados positivos. Es una concepción dinámica de la verdad; siempre provisional y muy ligada a los resultados prácticos. La proposición ‘la democracia es mejor sistema político que la dictadura”; se considera verdadera, por los beneficios que se derivan de adoptar aquel sistema; tales como mayores libertades, o pluralismo político.
Esta concepción de la verdad está muy próxima al relativismo; y ha tenido defensores a lo largo de la historia; desde los sofistas griegos hasta los utilitaristas anglosajones de los siglos XIX y XX, como W. JAMES.
Otras teorías de la verdad que podemos mencionar; son la teoría relativista, muy extendida y según la cual; lo verdadero y lo falso dependen de las circunstancias históricas, geográficas, económicas o culturales del momento; y la teoría del consenso**; que da a la verdad un carácter intersubjetivo al entenderla como un acuerdo entre los hablantes en una situación ideal de diálogo.
* Coherencia
Propiedad de un conjunto de enunciados o de creencias en el que cada enunciado o creencia es consistente, esto es compatible, con el resto. Lo contrario es la incoherencia o la inconsistencia.
** Consenso 
Asenso, consentimiento, especialmente de los miembros de un grupo o corporación. En epistemología, el consenso de la comunidad científica es síntoma de la normalidad y aceptación de un paradigma; pero cuando equivale a convención, o decisión sobre la verdad o falsedad de un enunciado científico tomado por mutuo acuerdo; entonces se habla de convencionalismo y de la verdad como consenso. 
Actividad 1
Hay dos clases de verdades: las de razón y las de hecho. Las verdades de razón son necesarias y su opuesto es imposible; y las de hecho son contingentes y su opuesto es posible. Cuando una verdad es necesaria, se puede hallar su razón por medio del análisis, resolviéndola en ideas y verdades más simples hasta llegar a las primitivas. Es de este modo como, entre los matemáticos, los teoremas (...) son reducidos por medio del análisis a las definiciones, axiomas y postulados.
O. VV. LEIBNIZ: Monadología

¿Qué diferencia existe entre las verdades de razón y las verdades de hecho?
Actividad 2
La cuestión es: ¿qué es ese algo con el que ha de coincidir la proposición, frase o juicio, para ser verdadera?. Pudiera pensarse que la cosa es clara: La frase ha de coincidir con la situación, con el estado, con la realidad de las cosas; tal como se hallan fuera de nosotros. Sólo así es verdadera. Pero también aquí surgen objeciones. Tenemos, por ejemplo, la proposición: ‘Esta rosa es roja”. Si afirmamos que la proposición es verdadera cuando la rosa es efectivamente roja. Nos hallamos con que la cualidad de rojo no se da en el mundo externo; pues los colores sólo se originan en nuestros órganos visuales; como efectos de la acción de determinadas ondas luminosas que caen sobre nuestros ojos. (...) No puede, pues, decirse que nuestra frase es verdadera cuando se verifica en la situación exterior, pues no existe tal situación.
i. M. Bochenski: Introducción al pensamiento filosófico

¿Por qué no podemos afirmar la verdad de la proposición “esta rosa es roja”, según el texto?

Actividades de comprensión 
1. Define en el contexto del apartado: verdad ontológica verdad epistemológica — verdad empírica — verdad formal—adecuación — coherencia— evidencia.
2. ¿A qué sentido del término “verdad” corresponde La expresión “es un billete falso”?
5. ¿A qué teoría de la verdad contradice el siguiente poema de A- MACHADO? Tu verdad no, la verdad.Y ven conmigo a buscarla,la tuya, guárdatela.
3. ¿Cómo podrías determinar si es verdadero el enunciado “La suma de los ángulos de un triángulo es de 780°”? ¿Podría darse el caso de que dicho enunciado fuera falso? justifica la respuesta.
4. Explica desde tu punto de vista, la diferencia entre hablar de una “descripción verdadera y de una “verdadera descripción”
5. ¿A qué teoría de la verdad contradice el siguiente poema de A- MACHADO?
Tu verdad no, la verdad.
Y ven conmigo a buscarla,
la tuya, guárdatela.

AAVV. Paradigma. Filosofìa. Edit. Vicens Vives.  Bs As (2012). págs.  66-69

Mira otros contenidos en Programa de Filosofía.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Agradecemos sus comentarios, recordamos que no aceptamos comentarios groseros, violentos, spam o cualquier tipo de contenido no acorde para menores de edad.

Explorando las Intersecciones entre Ciencia Política, Sociología Política y Filosofía Política

 Introducción: En el vasto campo del estudio político, tres disciplinas clave emergen como pilares fundamentales: la Ciencia Política, la So...