8 sept 2018

Origen y Límites del Conocimiento


ORIGEN Y LÍMITES DEL CONOCIMIENTO


Establecido el hecho de la existencia del conocimiento, a pesar de los condicionantes que hemos analizado, se nos plantean dos cuestiones apremiantes: de dónde proviene nuestro conocimiento de las cosas y, en segundo lugar, hasta dónde nos es dado conocer. El primero es el problema del origen fuente del conocimiento. El segundo, el de sus límites.
El racionalismo y el empirismo constituyen dos formas opuestas de afrontar ambas cuestiones. El criticismo kantiano se presenta como una propuesta conciliadora y de síntesis de las dos corrientes anteriores
El innatismo racionalista
Para los racionalistas, particularmente para DESCARTES, la existencia de ideas innatas, es decir, de ideas cuyo origen está en el mismo entendimiento, independientemente de cualquier existencia, es el punto central de su teoría del conocimiento, al mismo tiempo que es el más discutido por los filósofos empiristas, quienes niegan la posibilidad de que existan tales ideas.
Para DESCARTES son ideas innatas los primeros principios del entendimiento, los conceptos matemáticos y algunas ideas metafísicas.
Hoy en día, ya nadie habla de ‘ideas innatas’ al estilo cartesiano, pero sí continúan existiendo teorías innatistas para explicar, por ejemplo, el origen del lenguaje en el ser humano.

EL RACIONALISMO

El racionalismo representa la firme creencia en la capacidad de la razón humana para alcanzar la verdad. Sometida a un riguroso método, la razón humana nos permite afirmar la validez de sus conocimientos sobre el mundo, un mundo regido a su vez por estrictas racionales.
Entre los autores racionalistas podemos destacar entre otros a PLATÓN, SAN AGUSTÍN, SPINOZA, LEIBNIZ y HEGEL. No obstante, el Paradigma de filósofo racionalista lo constituye el pensador francés del siglo XVII DESCARTES.

Origen y límites del conocimiento


DESCARTES se propone como tarea fundamental establecer un fundamento sólido para las ciencias, con el fin de eliminar sus errores e imperfecciones, y así lograr un conocimiento cierto. Y para este propósito considera que el instrumento más apropiado es la propia razón dirigida por un método seguro.
Este método descarta por dudoso todo aquello que conocemos por experiencia. Los sentidos son poco fiables y a menudo nos inducen a error. Debemos basarnos exclusivamente en la razón, que es capaz de intuir los primeros principios indudables o ideas innatas* y deducir, a partir de ellos, el resto de conocimientos.
En cuanto a los límites del conocimiento, los racionalistas afirman que el conocimiento humano es potencialmente ilimitado. Si utilizamos bien la razón, de ahí la importancia del método, podremos alcanzar cualquier conocimiento. El error no es fruto de nuestras limitaciones o imperfecciones, sino de una incorrecta utilización de nuestras facultades cognoscitivas.
En definitiva, al subrayar el carácter racional de la realidad, los racionalistas no ven ningún obstáculo insalvable para alcanzar la verdad por medio de la razón. El hecho de lograrlo o no responderá únicamente a nuestra voluntad y perseverancia para dirigir correctamente nuestra razón.

EL EMPIRISMO

En la otra orilla epistemológica, el empirismo sitúa la experiencia como origen, posibilidad y límite de todo nuestro conocimiento.
Todo conocimiento, pues, comienza y acaba con la experiencia.
La razón, por sí misma, es incapaz de producir ningún conocimiento. A lo sumo, puede reflexionar sobre los datos que le proporciona la experiencia, ya sea por medio de la observación o de la experimentación.
De igual modo que el racionalismo, el empirismo es una corriente epistemológica que atraviesa la historia del pensamiento. ARISTÓTELES, SANTO TOMÁS DE AQUINO, OCKHAM, LOCKE o HUME, son algunos de los filósofos empiristas más importantes.

Los orígenes del conocimiento. Locke

JOHN LOCKE (1632-1704) establece los principios clásicos del empirismo moderno. Su afirmación básica es que no existen ideas innatas, que el entendimiento antes de toda experiencia no es más que un papel en blanco y que todo conocimiento comienza en los sentidos. No hay más fuente del conocimiento que la experiencia externa (sensación) o la interna (reflexión) (Actividad 1).
Cuando pensamos no hacemos más que combinar ideas cuyo origen está en la experiencia. Siguiendo a LOCKE, el filósofo escocés DAVID HUME (1711-1776) afirma que nuestra mente recibe de la experiencia un haz de impresiones y las organiza por medio de las leyes de asociación de ideas, constituyendo así todo tipo de ideas complejas e incluso imaginarias.

Los límites del conocimiento

HUME mantiene también que la experiencia es el límite de todos nuestros conocimientos. Todos los conocimientos se reducen a impresiones e ideas. Además, hay que tener en cuenta que las ideas son, simplemente, imágenes de las impresiones que se producen en nosotros cuando reflexionamos sobre aquéllas.
Por ello, toda idea de la que no encontremos la impresión de la que deriva puede ser rechazada. Así sucede con ideas como la de sustancia, ya sea material o espiritual, a las que no corresponde ninguna impresión, consistiendo únicamente en ideas complejas creadas por nuestra imaginación. Al criticar los conceptos de Dios, sustancia alma o yo, las ideas innatas cartesianas, HUME da un golpe mortal a la metafísica racionalista y reduce considerablemente el alcance de nuestro conocimiento.
Sólo nos queda, por lo tanto, aceptar lo que proviene de la experiencia. El hábito, la costumbre y la creencia son las que nos permiten construir un mundo con existencia en sí mismo más allá de las impresiones actuales, único conocimiento cierto.

LA SÍNTESIS KANTIANA

IMMANUEL KANT (1724-1804) tiene en cuenta tanto las ideas propuestas por los racionalistas como las planteadas por los empiristas, y formulará el problema de los orígenes y los límites desde otro nuevo punto de vista, preguntándose cómo el individuo construye el objeto de conocimiento.
Para KANT el objeto de conocimiento es el resultado de una síntesis entre aquello que nos es dado, el conjunto de impresiones sensibles que captamos, y aquello que nuestra mente pone por sí misma, un conjunto de estructuras formales que ordenan las impresiones brutas.
La cosa conocida (fenómeno) resulta de la elaboración de los datos de los sentidos por nuestra forma de conocer. La experiencia y la razón, pues, se necesitan mutuamente con objeto de poder producir conocimiento.
Por otro lado, KANT establece límites al conocimiento humano. Estos límites vienen dados por la experiencia, por un lado, y por nuestra subjetividad, por el otro. Sólo conocemos de la realidad los fenómenos, es decir, aquello que yo percibo y tal como yo lo percibo.
Sin embargo, lo que la realidad sea en ella misma (noúmeno) resta para nosotros un completo misterio. No podemos despojarnos de nuestra subjetividad para captar las cosas-en-si o noúmenos. Debemos conformarnos con un conocimiento limitado por nuestra propia forma de percibir (Actividad 2).
La teoría de KANT puede ser discutible, pero, a partir de él, ha quedado establecida definitivamente la necesidad de tener en cuenta que el conocimiento posee límites que están relacionados con la misma forma de ser del ser humano, cuyo conocimiento parte de las sensaciones y que posteriormente elabora con su razón.
Ésta constituye la principal contribución que KANT aportará a la teoría del conocimiento.

* Ideas innatas

Según el racionalismo, existen ideas en nuestra mente que no provienen de la experiencia, sino que son producidas por la sola facultad de pensar. Los ejemplos clásicos son las ideas de “Dios”, “sustancia” o “causa”, que se imponen a nuestro pensamiento como principios universales e indudables.
Actividad 1
Supongamos, pues, como se dice, un papel en blanco, limpio de toda instrucción, sin ninguna idea. ¿Cómo llega entonces a tenerla? [.1 ¿De dónde extrae todo ese material de la razón y del conocimiento? A estas preguntas contesto con una sola palabra: de la experiencia; he aquí el fundamento de todo nuestro saber, y de donde en última instancia se deriva: ‘las observaciones que hacemos sobre los objetos sensibles externos, o sobre las operaciones internas de nuestra mente, las cuales percibimos, y sobre las que reflexionamos nosotros mismos, son las que proveen a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar’. Estas son las dos fuentes de conocimiento de donde parten todas las ideas que tenemos o que podemos tener de manera natural.
J. Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano
• ¿Cuáles son las dos fuentes del conocimiento según LOCKE?
• ¿A qué teoría racionalista se opone LOCKE en este texto?
Actividad 2
En la parte analítica de la crítica demuestra: que el espacio y el tiempo son meras formas de a intuición sensible, es decir, simples condiciones de la existencia de las cosas en cuanto fenómenos; que tampoco poseemos conceptos del entendimiento ni, por tanto, elementos para conocer las cosas sino en la medida en que puede darse la intuición correspondiente a tales conceptos; que, en consecuencia, no podemos conocer un objeto como cosa en sí misma, sino en cuanto objeto de la intuición empírica, es decir, en cuanto fenómeno. De ello se deduce que todo posible conocimiento especulativo de la razón se halla limitado a los simples objetos de la experiencia.
I. KANT: Crítica de la razón pura
• ¿Cómo conocemos los objetos según KANT?

• ¿A qué se limita el conocimiento especulativo de la razón?

Actividades de Comprensión

1.      Define los siguientes conceptos:
idea innata — fenómeno — noúmeno,
2.    Expón las diferencias principales entre el Racionalismo y el Empirismo.
3.    ¿Cuáles son los límites del conocimiento según KANT?

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