ORIGEN Y LÍMITES DEL CONOCIMIENTO
Establecido
el hecho de la existencia del conocimiento, a pesar de los condicionantes que
hemos analizado, se nos plantean dos cuestiones apremiantes: de dónde proviene nuestro
conocimiento de las cosas y, en segundo lugar, hasta dónde nos es dado conocer. El
primero es el problema del origen o fuente
del conocimiento. El segundo, el de sus límites.
El racionalismo y el empirismo constituyen
dos formas opuestas de afrontar ambas cuestiones. El criticismo kantiano se
presenta como una propuesta conciliadora y de síntesis de las dos corrientes
anteriores
El innatismo racionalista
Para los
racionalistas, particularmente para DESCARTES, la existencia de ideas innatas,
es decir, de ideas cuyo origen está en el mismo entendimiento,
independientemente de cualquier existencia, es el punto central de su teoría
del conocimiento, al mismo tiempo que es el más discutido por los filósofos
empiristas, quienes niegan la posibilidad de que existan tales ideas.
Para DESCARTES son
ideas innatas los primeros principios del entendimiento, los conceptos
matemáticos y algunas ideas metafísicas.
Hoy en día, ya nadie habla de ‘ideas innatas’ al estilo cartesiano, pero sí
continúan existiendo teorías innatistas para explicar, por ejemplo, el origen
del lenguaje en el ser humano.
|
EL RACIONALISMO
El
racionalismo representa la firme creencia en la capacidad de la razón
humana para alcanzar la verdad. Sometida a un riguroso método, la razón humana
nos permite afirmar la validez de sus conocimientos sobre el mundo, un mundo regido a
su vez por estrictas racionales.
Entre
los autores racionalistas podemos destacar entre otros a PLATÓN, SAN AGUSTÍN,
SPINOZA, LEIBNIZ y HEGEL. No obstante, el Paradigma de filósofo racionalista lo
constituye el pensador francés del siglo XVII DESCARTES.
Origen y límites del conocimiento
DESCARTES se propone como tarea fundamental establecer un fundamento sólido para las ciencias, con el fin de eliminar sus errores e imperfecciones, y así lograr un conocimiento cierto. Y para este propósito considera que el instrumento más apropiado es la propia razón dirigida por un método seguro.
Este
método descarta por dudoso todo aquello que conocemos por experiencia. Los
sentidos son poco fiables y a menudo nos inducen a error. Debemos basarnos
exclusivamente en la razón, que es capaz de intuir los primeros principios
indudables o ideas
innatas* y deducir, a
partir de ellos, el resto de conocimientos.
En cuanto a los límites del conocimiento, los racionalistas afirman que el
conocimiento humano es potencialmente
ilimitado. Si utilizamos bien la razón, de ahí la importancia
del método, podremos alcanzar cualquier conocimiento. El error no es fruto de
nuestras limitaciones o imperfecciones, sino de una incorrecta utilización de
nuestras facultades cognoscitivas.
En
definitiva, al subrayar el carácter
racional de la realidad, los racionalistas no ven ningún
obstáculo insalvable para alcanzar la verdad por medio de la razón. El hecho de
lograrlo o no responderá únicamente a nuestra voluntad y perseverancia para
dirigir correctamente nuestra razón.
EL EMPIRISMO
En
la otra orilla epistemológica, el empirismo sitúa la experiencia como origen, posibilidad y límite de
todo nuestro conocimiento.
Todo conocimiento, pues, comienza y acaba con la experiencia.
Todo conocimiento, pues, comienza y acaba con la experiencia.
La
razón, por sí misma, es incapaz de producir ningún conocimiento. A lo sumo,
puede reflexionar sobre los datos que le proporciona la experiencia, ya sea por
medio de la observación o
de la experimentación.
De igual modo que el racionalismo, el empirismo es una corriente epistemológica
que atraviesa la historia del
pensamiento. ARISTÓTELES, SANTO TOMÁS DE AQUINO, OCKHAM, LOCKE o HUME, son
algunos de los filósofos empiristas más importantes.
Los orígenes del conocimiento. Locke
JOHN
LOCKE (1632-1704) establece los principios clásicos del empirismo moderno. Su
afirmación básica es que no existen ideas innatas, que el entendimiento antes
de toda experiencia no es más que un papel
en blanco y que todo conocimiento comienza en los sentidos. No hay más
fuente del conocimiento que la experiencia externa (sensación) o la interna (reflexión) (Actividad 1).
Cuando
pensamos no hacemos más que combinar
ideas cuyo origen está en la experiencia. Siguiendo
a LOCKE, el
filósofo escocés DAVID HUME (1711-1776) afirma que nuestra mente recibe de la
experiencia un haz de impresiones y las organiza por medio de las leyes de asociación de ideas, constituyendo
así todo tipo de ideas complejas e incluso imaginarias.
Los límites del conocimiento
HUME
mantiene también que la experiencia es el límite de todos nuestros
conocimientos. Todos los conocimientos se reducen a impresiones e ideas. Además, hay
que tener en cuenta que las ideas son, simplemente, imágenes de las impresiones
que se producen en nosotros cuando reflexionamos sobre aquéllas.
Por
ello, toda idea de la que no encontremos la impresión de la que deriva puede
ser rechazada. Así sucede con ideas como la de sustancia, ya sea material o espiritual, a
las que no corresponde ninguna impresión, consistiendo únicamente en ideas
complejas creadas por
nuestra imaginación. Al criticar los conceptos de Dios, sustancia y alma o yo, las ideas
innatas cartesianas, HUME da un golpe mortal a la metafísica racionalista y
reduce considerablemente el alcance de nuestro conocimiento.
Sólo nos queda, por lo tanto, aceptar lo que proviene de la experiencia. El hábito, la costumbre y la creencia son las que nos
permiten construir un mundo con existencia en sí mismo más allá de las impresiones
actuales, único conocimiento cierto.
LA SÍNTESIS KANTIANA
IMMANUEL
KANT (1724-1804) tiene en cuenta tanto las ideas propuestas por los
racionalistas como las planteadas por los empiristas, y formulará el problema
de los orígenes y los límites desde otro nuevo punto de vista, preguntándose
cómo el individuo construye el objeto de conocimiento.
Para
KANT el objeto de conocimiento es el resultado de una síntesis entre aquello
que nos es dado, el conjunto de impresiones sensibles que captamos, y aquello
que nuestra mente pone por sí misma, un conjunto de estructuras formales que
ordenan las impresiones brutas.
La
cosa conocida (fenómeno) resulta de la
elaboración de los datos de los sentidos por nuestra forma de conocer. La
experiencia y la razón, pues,
se necesitan mutuamente con objeto de poder producir conocimiento.
Por otro lado, KANT establece límites al conocimiento humano. Estos límites
vienen dados por la experiencia, por
un lado, y por nuestra subjetividad, por
el otro. Sólo conocemos de la realidad los fenómenos, es decir, aquello que yo
percibo y tal como yo lo percibo.
Sin
embargo, lo que la realidad sea en ella misma (noúmeno) resta para nosotros un completo
misterio. No podemos despojarnos de nuestra subjetividad para captar las
cosas-en-si o noúmenos. Debemos
conformarnos con un conocimiento limitado por nuestra propia forma de percibir
(Actividad 2).
La
teoría de KANT puede ser discutible, pero, a partir de él, ha quedado
establecida definitivamente la necesidad de tener en cuenta que el conocimiento
posee límites que están relacionados con la misma forma de ser del ser humano,
cuyo conocimiento parte de las sensaciones y que posteriormente elabora con su
razón.
Ésta
constituye la principal contribución que KANT aportará a la teoría del
conocimiento.
* Ideas innatas
Según el racionalismo, existen ideas en nuestra mente que no provienen de la experiencia, sino que son producidas por la sola facultad de pensar. Los ejemplos clásicos son las ideas de “Dios”, “sustancia” o “causa”, que se imponen a nuestro pensamiento como principios universales e indudables.
Actividad
1
Supongamos,
pues, como se dice, un papel en blanco, limpio de toda instrucción, sin ninguna
idea. ¿Cómo llega entonces a tenerla? [.1 ¿De dónde extrae todo ese material de
la razón y del conocimiento? A estas preguntas contesto con una sola palabra:
de la experiencia; he aquí el fundamento de todo nuestro saber, y de donde en
última instancia se deriva: ‘las observaciones que hacemos sobre los objetos
sensibles externos, o sobre las operaciones internas de nuestra mente, las
cuales percibimos, y sobre las que reflexionamos nosotros mismos, son las que
proveen a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar’. Estas son
las dos fuentes de conocimiento de donde parten todas las ideas que tenemos o que
podemos tener de manera natural.
J. Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano
• ¿Cuáles son las dos fuentes del conocimiento según LOCKE?
• ¿A qué teoría racionalista se opone LOCKE en este texto?
J. Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano
• ¿Cuáles son las dos fuentes del conocimiento según LOCKE?
• ¿A qué teoría racionalista se opone LOCKE en este texto?
Actividad
2
En
la parte analítica de la crítica demuestra: que el espacio y el tiempo son
meras formas de a intuición sensible, es decir, simples condiciones de la
existencia de las cosas en cuanto fenómenos; que tampoco poseemos conceptos del
entendimiento ni, por tanto, elementos para conocer las cosas sino en la medida
en que puede darse la intuición correspondiente a tales conceptos; que, en
consecuencia, no podemos conocer un objeto como cosa en sí misma, sino en
cuanto objeto de la intuición empírica, es decir, en cuanto fenómeno. De ello
se deduce que todo posible conocimiento especulativo de la razón se halla
limitado a los simples objetos de la experiencia.
I. KANT: Crítica de la razón pura
• ¿Cómo conocemos los objetos según KANT?
• ¿A qué se limita el conocimiento especulativo de la razón?
I. KANT: Crítica de la razón pura
• ¿Cómo conocemos los objetos según KANT?
• ¿A qué se limita el conocimiento especulativo de la razón?
Actividades de Comprensión
1. Define los
siguientes conceptos:
idea innata — fenómeno — noúmeno,
idea innata — fenómeno — noúmeno,
2. Expón las
diferencias principales entre el Racionalismo y
el Empirismo.
3. ¿Cuáles
son los límites del conocimiento según KANT?
Mira
otros contenidos en Programa deFilosofía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Agradecemos sus comentarios, recordamos que no aceptamos comentarios groseros, violentos, spam o cualquier tipo de contenido no acorde para menores de edad.