Los problemas del conocimiento
El tema de los problemas del conocimiento ha sido una cuestión central en la historia de la filosofía. Ya los primeros filósofos, los presocráticos, se
plantearon cómo el ser humano era capaz de conocer la verdad. Esta tendencia venía avalada por una concepción determinada que suponía que lo que el hombre debía conocer era la esencia de las cosas. No les preocupaba tanto saber cómo conoce el hombre cuanto qué es lo que conoce. Estaban más preocupados por conocer la realidad que por el conocimiento mismo.
A partir de la Edad Moderna, este punto de vista cambia. Con Descartes (1595-1650), que inaugura la filosofía moderna, aparece una verdadera preocupación por el conocimiento, por el modo en que el sujeto es capaz de conocer. Se pregunta en qué condiciones puede efectuarse y alcanzarse un conocimiento cierto y cuáles son sus límites. Es a partir de él cuando se plantea definitivamente el problema del conocimiento. Esta preocupación será un tema constante a lo largo de toda la filosofía posterior y estará presente en la reflexión actual sobre la ciencia y su validez.
Este interés de la filosofía por el conocimiento responde al deseo permanente que el ser humano ha tenido por conocer. Sin embargo, al satisfacer este deseo, el ser humano ha cometido errores que le han llevado a cometer grandes desatinos; de ahí el sentido de la reflexión acerca del conocimiento y por qué resulta apremiante la aclaración de cuestiones como éstas: ¿qué podemos saber sobre el mundo?, ¿cuáles son los límites de nuestro conocimiento?, ¿qué correspondencia hay entre lo que conocemos y las cosas del mundo en que vivimos?
Los avances científico-tecnológicos nos muestran la capacidad humana para comprender los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad. Sin embargo, esa evidencia es reemplazada por la duda cuando se toma conciencia de la inseguridad de gran parte de nuestros conocimientos. Y problemas planteados por diversos filósofos desde los inicios de la filosofía, siguen teniendo vigencia y siguen discutiéndose hoy.
Estos problemas son, al menos, tres:
- El problema de la posibilidad del conocimiento: ¿es posible conocer? Parece una pregunta absurda si tenemos en cuenta todo lo que los seres humanos han logrado descubrir y comprender. Lo que se plantea, en este problema, es si es posible captar y aprehender la realidad tal cual es. Dicho de otro modo, si es posible un conocimiento objetivo, necesario y universal. Los sofistas y los escépticos niegan la posibilidad de un conocimiento objetivo. Para ellos, el conocimiento deriva de nuestras sensaciones y es, por tanto, subjetivo y relativo. Para los dogmáticos, en cambio, es posible un conocimiento certero y objetivo.
- El problema del origen del conocimiento: ¿Cuál es el origen del conocimiento? ¿Cuáles son las fuentes del conocimiento? Estas preguntas indagan sobre cuáles son las facultades o capacidades humanas que nos permiten conocer. Desarrollaremos tres posturas que intentan responder a esta cuestión: la racionalista, la empirista y la criticista. Según los racionalistas la razón es la facultad humana que hace posible el conocimiento. Para los empiristas, esa facultad no es la razón sino la experiencia. Para la postura criticista, no puede haber conocimiento sin la intervención de ambas facultades.
- El problema del alcance del conocimiento: ¿Cuáles son los alcances o límites del conocimiento? ¿Qué se puede conocer? La respuesta a este problema depende de cómo haya sido resuelto el problema anterior: si la postura es racionalista, puede no haber límites para el conocimiento; si la postura es empirista, sólo se podrá conocer lo que se presenta a la experiencia humana; si la postura es criticista, también el conocimiento se limitará al mundo de la experiencia.
Actividad:
1. ¿Qué diferencias encuentras entre conocer, saber, pensar y razonar?2. Muchas veces habrás afirmado conocer algo. ¿Podrías decir si eso que afirmas conocer responde a una realidad oes algo imaginado?
3. ¿Qué intereses mueven el conocimiento de la Luna: la mera inquietud científica o intereses económicos?
4. ¿Cuándo dirías que una afirmación es verdadera?
5. ¿Podemos conocer algo más que aquello que captamos por los sentidos?
3. ¿Qué intereses mueven el conocimiento de la Luna: la mera inquietud científica o intereses económicos?
4. ¿Cuándo dirías que una afirmación es verdadera?
5. ¿Podemos conocer algo más que aquello que captamos por los sentidos?
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